viernes, 26 de enero de 2018

Las segundas oportunidades (fracaso).

La verdad es que no existen las segundas oportunidades que funcionen, cuando hay que dar una segunda oportunidad es que ya no funciona, y la relación no vuelve a ser la que era.
Los sentimientos no son tan intensos, ni la ilusión es increíble, no tienes la misma fe que antes, porque ya fracasó, porque en su momento no fue, y ahora, simplemente estais corrigiendo lo que no va bien.

Eso pasó, y después de esa segunda oportunidad, quizá llega una tercera, e incluso una cuarta, hasta que ya no se puede más, la cuerda se estira tanto, que por muy fuerte que sea, por mucho que intentes que aguante, al final se desgasta y se rompe. A veces no es culpa de nadie, a veces es culpa de todos.

Y te encuentras, llorando, pensando en lo malo, enfadada, rabiosa, impotente,fracasada; y pasan unos días y estás triste, deprimida, extrañando momentos, circunstancias, sin ser capaz de recordar lo malo, llorando por esa idealizada relación cuando se pierde.
Pasa el tiempo. Hay días buenos, días malos, días que te sientes invencible, y que piensas lo bien que estás con tu independencia, y días en los que necesitas llegar a casa y abrazar a esa persona que ya no está, y solo te queda resignarte y eso haces.

Mientras todo esto sucede, esa persona estará en la misma situación, enfrentando su pérdida de la mejor manera que pueda o sepa, y quizá su forma de superarlo te duela, incluso puede que esa persona intente hacerte daño, puede que se convierta en alguien que no es, o puede que saque a relucir quién es en realidad. En ese momento te asaltara la duda de: ¿Quién es esta persona? ¿Cómo me ha engañado tanto tiempo? ¿He sido yo la engañada o quiere engañarme ahora?.

Y esas preguntas atormentaran tu mente, pero de allí a unos días, un rato, unas horas, pensarás: ¿Realmente importa la respuesta?
Qué más da como sea ahora, no funcionó y esa es la realidad, una segunda oportunidad con ese alguien transformado tampoco servirá de nada, así que, ¿Qué más da si esa persona es él realmente o si lo hace por hacer daño, o por superar la situación?
Simplemente no fue suficiente para ti y tu debes continuar tu camino.
Lo que si puedes pensar en base a sus acciones es: me intenta hacer daño, da igual el por qué o para qué, qué más da si es porque aún te quiere, porque se arrepiente, porque quiere que estés mal para poder superar él la pérdida o porque ese día se levantó con ganas de provocar dolor, ¿Qué más da el motivo de sus acciones si sus acciones en sí mismas te demuestran que es una mala persona, que no te merece, que no merece la pena?



Entonces después de todo esto piensas, ¡Que triste! ¡Patético! Conmigo no puedes jugar, no voy a permitir que me hagas daño, que me duela, que me cambies, que controles mi vida y mi dolor, no voy a permitir que por tu incapacidad de superación, de amar o de ser buena persona después de este estrepitoso fracaso me dañes. Y lo que es mejor aún, mientras tú estés a ese lado intentando hacerme daño, pensando en cómo poder provocarme dolor yo estaré aquí, a este otro lado deseándote lo mejor.