viernes, 7 de noviembre de 2014

Lo que queremos a veces nos destruye.

Son las cosas que más queremos las que antes nos destruyen. Completamente cierto, es imposible que consiga dañarte alguien que realmente no te importa, lo único que tiene poder para hacernos sentir mal son esas personas que queremos o amamos de alguna forma. Por una parte están las ventajas de querer, de ser querido, de disfrutar de la relación, de los recuerdos y por otra la parte negativa y es que, en ocasiones le dedicamos nuestra atención, nuestros sentimientos a personas que realmente no se lo merecen, que no se lo ganan, que no hacen nada por lograr  todo eso que tanto nos cuesta entregar; y por otra parte es una responsabilidad que alguien te ame o te quiera porque debes procurar hacer a esa persona feliz, y no es que debas hacerlo, es que vas a querer hacer a esa persona todo lo feliz posible, pero no solo eso, sí no que deberías evitar hacerle daño y al mismo tiempo querrás curar todo el daño que le causaron.

La verdad es que a lo largo de nuestra vida nos equivocamos mucho de persona, por lo menos esto es lo que pensamos cuando alguien a quien hemos decidido dar todo de nosotros, juega con nuestros sentimientos, o nos traiciona, nos hace daño o nos hiere. Esto es lo que pensamos cuando una mala situación provocada por una persona amada sacude nuestro corazón, pero y si realmente no es solo que nos equivoquemos de persona, quizá es esa persona la que está equivocada en su forma de querer, de amar, y de sentir, quizá es esa misma persona que nos hace daño la que tiene unos valores equivocados, la que no sabe hacer feliz y sí, puede ser que un 50% sea culpa nuestra por poner todas nuestras esperanzas en personas que nos fallan continuamente, es nuestra culpa por pensar que no amaremos a nadie como a esa persona, y es cierto nunca se ama igual dos veces, pero no quiere decir que la siguiente vez que te enamores sea peor, o con menor sentimiento, simplemente es distinto. Cuando nos hacen daño un 50% de la culpa es nuestra por ver lo que sucede e ignorarlo para seguir adelante con una relación que no va a ningún sitio, y por otro lado el otro 50% de culpa es de la persona que decide hacernos daño, que juega con nosotros y que pudiendo querernos, o valorar nuestra dedicación y amor decide herirnos y burlarse de nuestros sentimientos, pero siempre será nuestra decisión alejarnos de personas así, y tener en mente que hay personas que no solo quieren amarnos y darnos lo mejor de si mismos, si no que están dispuestos a curar todas las heridas existentes en nuestro corazón, independientemente de la cantidad de cicatrices que ellos mismos poseen.



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