Me divierte pensar mil maneras de acercarme para solo rozar su piel, y saber en lo más interno de mi que no seré capaz, y no por falta de ganas, si no porque la vergüenza muchas veces juega una mala pasada; aunque en este mismo instante, aquí tumbada en la cama, el solo hecho de imaginarme rozando sus labios, me hace sentir en calma, en paz conmigo misma, y llena de anhelo de descubrir todo de él. Esa imagen en mi mente y tantas otras muchas que me podría imaginar me hacen sentir satisfacción, deseo, intriga, atracción, fascinación por esa persona.
Esa ansia, esa impaciencia, ese interés, ese sentimiento, que en principio surge como un calor, un fuego interno desde el estómago al resto de zonas de tu cuerpo y que cada vez se hace más intenso, que provoca en ti múltiples emociones y sensaciones que estás deseando experimentar y vivir con él.
Tengo ganas de ti.
Antia ^^
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